16.3.11

Madrugada, Marília Garcia

1.
la realidad es lo que no
desaparece cuando dejamos
de creer en ella, decía
con los dedos abiertos tratando
de resistir a aquella niebla en los
ojos.
podía tocar lo real
pero aún así no entendía qué
intentaba decir. después seguían
al borde del sol, el río acompañando cada
paso como si cuidase que
la línea de la sombra no invadiese
el camino.

él escribía largas cartas para contar que
allí tenían un templo dedicado
a los gatos,
contar que ella lloraba
cada tarde
que iba a dejarlo todo
y cruzar el
mar

(muchas veces no sabía
qué hacer. todo el tiempo sentada sobre
la caja negra en
un rincón de la sala).


2.
todo lo que dijo fue:
conocí a alguien.
después 16 llamadas
perdidas a propósito, decí algo por lo
menos, que tu avión no cayó,
que no incendiarion tu coche,
que no se perdieron los años.

cruzar esta ciudad no es real,
las calles todas mezcladas al llegar,
el río no está abajo
sino arriba -cómo hacer para no resbalarse?
después toma el subte
y manda su último mensaje
que contiene apenas un verbo:
llegué.

___

Marília Garcia
Rio de Janeiro-RJ, 1979