29.4.14

Alejandra Pizarnik

EN ESTA NOCHE, EN ESTE MUNDO 

A Martha Isabel Moia

en esta noche en este mundo
las palabras del sueño de la infancia de la muerta
nunca es eso lo que uno quiere decir
la lengua natal castra
la lengua es un órgano de conocimiento
del fracaso de todo poema
castrado por su propia lengua
que es el órgano de la re-creación
del re-conocimiento
pero no el de la re-surrección
de algo a modo de negación
de mi horizonte de maldoror con su perro
y nada es promesa
entre lo decible
que equivale a mentir
(todo lo que se puede decir es mentira)
el resto es silencio
sólo que el silencio no existe
no
las palabras
no hacen el amor
hacen la ausencia
si digo agua ¿beberé?
si digo pan ¿comeré?
en esta noche en este mundo
extraordinario silencio el de esta noche
lo que pasa con el alma es que no se ve
lo que pasa con la mente es que no se ve
lo que pasa con el espíritu es que no se ve
¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades?
ninguna palabra es visible

27.4.14

Bolero - JULIO CORTÁZAR

   
Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,

itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.
Por ahí un papelito
que solamente dice:
Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte.
Y este fragmento:
La lenta máquina del desamor
los engranajes del reflujo
los cuerpos que abandonan las almohadas
las sábanas los besos
y de pie ante el espejo interrogándose
cada uno a sí mismo
ya no mirándose entre ellos
ya no desnudos para el otro
ya no te amo,
mi amor.

20.4.14

Francisco de Quevedo

Pastor que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño,
Tú que hiciste cayado de ese leño,
en que tiendes los brazos poderosos,
vuelve los ojos a mi fe piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño,
y la palabra de seguirte empeño,
tus dulces silbos y tus pies hermosos.
Oye, pastor, pues por amores mueres,
no te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendidos eres.
Espera, pues, y escucha mis cuidados,
pero ¿cómo te digo que me esperes,
si estás para esperar los pies clavados?
Lope de Vega,
de Sonetos de la Pasión.
Pender de un leño, traspasado el pecho
y de espinas clavadas ambas sienes;
dar tus mortales penas en rehenes
de nuestra gloria, bien fue heroico hecho.
Pero más fue nacer en tanto estrecho
donde, para mostrar en nuestros bienes
a dónde bajas y de dónde vienes,
no quiere un portadillo tener techo.
No fue esta más hazaña, ¡oh gran Dios mío!,
del tiempo, por haber la helada ofensa
vencido en flaca edad, con pecho fuerte
—que más fue sudar sangre que haber frío—,
sino porque hay distancia más inmensa
de Dios a hombre que de hombre a muerte.
Luis de Góngora
Pues hoy derrama noche el sentimiento
por todo el cerco de la lumbre pura,
y amortecido el sol en sombra oscura,
da lágrimas al fuego, y voz al viento;
pues de la muerte el negro encerramiento
descubre con temblor la sepultura,
y el monte, que embaraza la llanura
del mar cercano, se divide atento,
de piedra es hombre duro, de diamante
tu corazón, pues muerte tan severa
no anega con tus ojos tu semblante.
Mas no es de piedra, no; que si lo fuera,
de lástima de ver a Dios amante,
entre las otras piedras se rompiera.
Francisco de Quevedo

18.4.14

Gabriel García Márquez



Muere García Márquez

El escritor colombiano ha fallecido a los 87 años


El premio Nobel de Literatura 1982, Gabriel García Márquez, ha muerto este jueves a los 87 años de edad en México DF, donde vivía desde hace años, después de pasar las últimas semanas aquejado por una neumonía, según informó el diario mexicano 'Reforma'.
"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento , el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo"... Con esta frase, comienzo de 'Cien años de Soledad', aprendieron muchos lectores de habla hispana que había una literatura innovadora, una forma de narrar intrínsecamente latinoamericana, apoyada en la más rica lengua que hayan hablado los pueblos: el español.
Y ahí se enmarca el perfil de Gabriel García Márquez, su autor, referencia absoluta de la literatura colombiana, con un perfil que abarca desde el periodismo, al que dedicó su vida desde los 20 años, a la reflexión política, la educación, el cine, y por supuesto a la novela y el cuento.
Nacido el 6 de marzo de 1927, escribir bien era principio y fin de su ambición, según su biógrafo Gerald Martin. Aracataca, su lugar de origen, fue la inspiración para su literario Macondo, pero antes tuvo una prolífica actividad periodística en la prensa colombiana y en la revista Crónica, donde fundó el "Grupo de Barranquilla", que marcó a mediados del siglo XX la cultura de aquel país. En 1967 llegó su gran obra: "Cien años de soledad". El propio García Márquez reconoció muchas veces que en ese momento supo que era lo mejor que había escrito. "Me asusté - contó a la Cadena SER- cuando el editor me dijo que iban a hacer 8.000 ejemplares; lo consideré un disparate y le escribí una carta diciendo: tengan cuidado, que mi mejor libro he vendido sólo 70. Pues bien: e vendieron en una semana".
Parece inútil citar aquí los títulos de sus obras, tan conocidas y alabadas tanto por los críticos como por el gran público: "El general en su laberinto", "El amor en los tiempos del cólera", "El coronel no tiene quien le escriba", "Memoria de mis putas tristes" y tantas otras, como "Notas de prensa", "Noticia de un secuestro" o sus propias memorias. Será también obligado aunque sabido consignar su compromiso político y social con América Latina. García Márquez consideraba que la solidaridad acabaría con esos "cien años de soledad" de sus colectivos más vulnerables.
Premio Nobel de Literatura en 1982, echamos mano de nuevo de su biógrafo para citarle: "A García Márquez no hay que celebrarlo por el Nobel y otros honores pasajeros, sino por la hazaña artística de su obra y la brillantez irrepetible de su genio". La soledad profunda del escritor que tanto remarcó Gabo nos permite a nosotros estar siempre acompañados por sus libros, que le trascenderán para siempre.