Miguel Arteche, Premio Nacional de Literatura 1996, quien fuera miembro y director de la SECH y de la Academia Chilena de la Lengua., fallece el día 22 de Julio de 2012. Su deceso ocurrió a eso de las 5:00 de la madrugada en su casa de La Reina, Santiago de Chile, de manera repentina, pese a que se encontraba delicado, producto de una bronquitis obstructiva.
Miguel Arteche (Nueva Imperial, Cautín, 1926 – Santiago, 2012). Poeta, narrador, ensayista, miembro de la Academia Chilena de la Lengua y de la Sociedad de Escritores de Chile. Realizó sus estudios secundarios en el Liceo de Los Ángeles y en el Instituto Nacional de Santiago. Cursó derecho en la Universidad de Chile (1945-1946), carrera que no finalizó, y literatura española en la Universidad de Madrid desde 1951 hasta 1953.
En 1947, publicó su primer volumen de poemas, “La invitación al olvido”. Publicó, antes de partir a Europa, “Oda fúnebre” (1948), “Una nube” (1949), “El sur dormido” (1950) y “Cantata del desterrado” (1951). En Madrid publicaría “Solitario mira hacia la ausencia”.
De vuelta a Chile publicó “Otro continente” (1957), “Quince poemas” (1961), “Destierros y tinieblas” (1963) y el volumen antológico que reúne sus tres obras anteriores: “De la ausencia a la noche” (1965).
En 1964 comienza su obra como narrador; publicó “La otra orilla”. Le seguirán “El Cristo hueco” en 1969, “La disparatada vida de Félix Palissa” de 1971 y “El alfil negro” de 1992.
Reconocido como una de las voces más destacadas de la Generación del 50, dada su intensa vida literaria y prolífica obra, de la cual dan cuenta una veintena de libros de poesía, cuatro novelas, además de libros de cuento y ensayos.
Además de su importante labor como formador de nuevas promociones literarias, fue fundador de diversos talleres de poesía, entre ellos destaca el Taller Altazor en la Biblioteca Nacional y el Taller Nueve de Poesía, que no estuvieron ajenos a los acontecimientos del país y que constituyeron un espacio de libertad para la creación.
En el año 1996, es galardonado con el Premio Nacional de Literatura y entre los argumentos que versan de tal distinción, se le reconoce el “rigor estético y ético con que se dedicó a la elaboración de su obra y a la formación de nuevos autores…”.
COMIENZO
El jardín se ha posado en mi jardín.
Toda su galaxia resplandece a medianoche.
Los árboles destellan, las flores fulgen.
Tiene el césped una tersura de nimbo.
Bajan los Transparentes
y de sus cuerpos surgen peldaños de escala.
Los Radiantes me llaman con sus cristales.
Mis años descienden en el cáliz de un instante.
Los Centelleantes me han rodeado
y me tienden sus ojos de oro.
El amor es una paloma de fuego que elevan.
Por fin llegaron.