22.12.13

Francisco Paco Urondo

Francisco Paco Urondo fue un poeta, periodista, académico y militante político.Dio su vida luchando por el ideal de una sociedad más justa. “No hubo abismos entre experiencia y poesía para Urondo.” –dice Juan Gelman– “corregía mucho sus poemas, pero supo que el único modo verdadero que un poeta tiene de corregir su obra es corregirse a sí mismo, buscar los caminos que van del misterio de la lengua al misterio de la gente. Paco fue entendido en eso y sus poemas quedarán para siempre en el espacio enigmático del encuentro del lector con su palabra. Fue –es– uno de los poetas en lengua castellana que con más valor y lucidez, y menos autocomplacencia, luchó con y contra la imposibilidad de la escritura. También luchó con y contra un sistema social encarnizado en crear sufrimiento.” (Santa Fe, 10 de enero de 1930 – Mendoza, 17 de junio de 1976).

Biografía

Se casó con la actriz Zulema Katz luego de que, en 1964, ella se separara de David Stivel.

Fue autor en colaboración de los guiones cinematográficos de las películas Pajarito Gómez y Noche terrible, y ha adaptado para la televisión Madame Bovary de Flaubert, Rojo y Negro de Stendhal y Los Maïas de Eça de Queiroz.

En 1968 fue nombrado Director General de Cultura de la Provincia de Santa Fe, y en 1973, Director del Departamento de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

En 1972 estuvo en pareja con Lili Mazzaferro, con quien militó en FAR. Ya en dictadura, su última pareja fue Alicia Raboy.

 Periodista

Como periodista colaboró en diversos medios del país y del extranjero, entre ellos, Primera Plana, Panorama, Crisis, La Opinión, (donde bautizó a Horacio Verbitsky con el apodo de “El Perro”) y Noticias.

Militancia

Militó en las organizaciones guerrilleras argentinas FAR y Montoneros.

Su muerte

Sobre su muerte Rodolfo Walsh escribió:

El traslado de Paco a Mendoza fue un error. Cuyo era una sangría permanente desde 1975, nunca se la pudo mantener en pie. El Paco duró pocas semanas… Fue temiendo lo que sucedió, Hubo un encuentro con un vehículo enemigo, una persecución, un tiroteo de los dos coches a la par. Iban Paco, Lucía con la nena y una compañera. Tenían una metra pero estaba en el baúl. No se pudieron despegar. Finalmente Paco frenó, buscó algo en su ropa y dijo “Disparen ustedes”. Luego agregó: “Me tomé la pastilla (de cianuro) y ya me siento mal”. La compañera recuerda que Lucía dijo “Pero papá, por qué hiciste eso”. La compañera escapó entre las balas, días después llegó herida a Buenos Aires… A Paco le pegaron dos tiros en la cabeza aunque probablemente ya estaba muerto.

“Empuñé un arma porque busco la palabra justa”, dijo alguna vez.

Carta de Paco Urondo a su padre (1952)

 “A menudo hablamos, decimos muchas cosas, pero no hacemos nada y envejecemos en años o en espíritu que es peor. Hay ejemplos a granel, no es necesario recurrir a ellos (… ) Por lo tanto, amigo mío, quiero decirte que yo quiero: pensar, decir y sobre todo hacer. Hacer qué me dirás. Es difícil y es fácil de explicarlo. Se sintetiza en una palabra: vivir (. . .) En una sociedad alimentada a sándwiches económicos habrá que vivir en función a esa madeja económica, pero –y comienzan los peros– esa madera es demasiado densa. Unos la aguantan y su razón de ser es precisamente tejer y destejer el ovillo pero éstos son generalmente simples, muy superficiales. Los que tienen algo dentro, medios enredados viven, se debaten, lloran, gimen, se emborrachan o juegan; viven en una angustia ocasionada por cosas que no quieren hacer y hacen y viceversa y de ellos nace un sentido escéptico de la vida. (. . .)¿qué camino nos queda? No será el de los superficiales, no. Me queda uno, el del hombre frustrado, del infeliz, del escéptico. Pero por qué éste es escéptico. Creo padre mío que este hombre se ha equivocado, le dijeron la vida es ésta y aceptó. Yo digo que no, la vida no es una balanza de pesos y acciones. La vida encierra en sí valores que la hacen maravillosa y podrían ser: divinos, poéticos, naturales, humanos y dentro de éste el amor, el odio, la lucha, etc., etc. Lo otro es real, sí, pero es accesorio (lo económico); no pretendo prescindir de lo accesorio pues en este caso es imposible, sólo quiero vivir fundamentalmente sobre esos valores verdaderos o por lo menos esenciales”.

Paco Urondo, la palabra justa (Por Raúl Favella y Silvia Rodulfo)

 El documentalista Daniel Desaloms rescata del olvido deliberado la figura del poeta y militante revolucionario Francisco Paco Urondo. Se trata de un filme de límites amplios, sin conclusiones apresuradas, que deja la posible síntesis de una personalidad exorbitante y multifacética como la Urondo únicamente en manos del espectador. Un paso adelante en la profunda reflexión sobre un hombre y su tiempo que los argentinos todavía nos debemos a nosotros mismos.

Paco Urondo mantenía con sus padres, sus hijos, sus amigos, sus amores, la comunicación a que da lugar un circuito que por antiguo ya casi nadie transita: el de las cartas personales. En ellas sus expresiones trasuntan un íntimo sentimiento amoroso, y también, como nos lo contará más adelante Daniel Desaloms en el apasionado testimonio que nos brindó acerca de su filme Paco Urondo, la palabra justa, un presagio de su destino. Amorosamente, si, Paco le brinda a su padre un trato inusual para la época: el de “amigo mío”. Le habla de igual a igual, algo que sin por lo menos una cuota de complicidad paterna habría sido imposible. Y también es una carta de ruptura, que más tarde, más por obra de las circunstancias políticas que de los sentimientos, terminará ubicándolos respectivamente en el antípoda al uno del otro.

Paco le habla a su padre de ciertos valores, a los que pocos años más tarde vendrá a sumarse otro, inesperado: el de la justicia social y la reivindicación política de los pueblos. No poco había sucedido en su vida, que hasta entonces venía transcurriendo como una constante celebración del amor y del arte, para semejante cambio. En el mundo de entonces la Revolución Cubana resonaba como un eco al que era imposible ignorar. Él había tenido oportunidad de conocerla con motivo de su vocación literaria, por la cual el país del Caribe lo había recibido calurosamente, como a otros argentinos y latinoamericanos. Más cerca, en la intimidad, el derrotero militante de su hija Claudia también dejó huella, actuando sobre él como una fuerza centrífuga inapelable. Empuñé un arma porque busco la palabra justa, dijo, y puso en palabras una cópula que la distancia temporal  hoy hace que nos parezca imposible, pero que en el fragor de los años setenta inflamó las conciencias de una generación. No puede extrañarnos que haya sido así. La burguesía liberal a la que Paco pertenecía por origen familiar y formación cultural había barrido debajo de la alfombra los bombardeos de 1955 a la población civil en la Plaza de Mayo, efecto (no) deseado de la intentona militar de matar a Perón. Igual que con los veintiséis fusilamientos de junio de 1956, ordenados sobre los responsables de un movimiento revolucionario que, como alguna vez dijo un historiador ya fallecido, no alcanzó a realizar veintiséis disparos.

Paco hijo. Paco hermano. Paco cuentista. Paco poeta. Paco guionista cinematográfico de Rodolfo Kuhn (Pajarito Gómez, 1964). Paco autor teatral y de televisión. Paco marido; él y Chela padres de Claudia y Javier. Paco pareja de una mujer sutil y actriz de talento: Zulema Katz; juntos formaron una gran familia con los hijos de ambos en una casa de puertas abiertas en la calle Venezuela y Piedras, donde hoy languidece un estacionamiento. Paco preso. Paco liberado en la noche del 25 de mayo de 1973 por decreto del presidente Cámpora, luego de tomar el vibrante testimonio de los sobrevivientes de la masacre de Trelew, sus compañeros en la cárcel, con el que se conformarán las 142 páginas de La patria fusilada. Paco pareja de Lili Mazzaferro. Paco matador. Paco perseguido. Y, otra vez, Paco padre, de Ángela, con Alicia Raboy, la compañera del final.

Desaloms admira, hasta podríamos decir que ama, al personaje central que construyó para su filme. Pero debemos decir que lo hizo sin dejar de lado la carnadura real del Paco humano, persona.  Es una cuestión de método cinematográfico pero también histórico, donde caben la imaginación, el delirio y la desesperación y también las ideas contrapuestas a la espera de que sea el espectador quien libremente componga para sí los mil y un aspectos de una vida. Y los de la historia de un país y un momento determinados. Lo que sigue son nuestros interrogantes y sus palabras:

-¿ Cómo surgió la idea de filmar Paco Urondo la palabra justa?

Daniel Desaloms: En el peor momento de la Argentina y de mi historia personal, en 2001, cuando el país se derrumbaba y se caía a pedazos, pensé: ¿qué hubiese pasado si algunos de aquellos luchadores, aquellos tipos que uno valorizaba de una manera muy particular, estuvieran vivos? ¿ porqué Paco no está presente? Entonces empecé un recorrido que también incorpora mi propio pasado, como un detective que empieza a buscar las huellas del crimen, las huellas del olvido. No había nada en las librerías, no había un solo libro de Francisco Paco Urondo, sólo había algunos poemas de batalla y la obra que hizo (Juan) Gelman. Paco no existía. Roberto Baschetti, el historiador, me dio el teléfono de Javier, el hijo de Paco, que  es un personaje muy lúcido por cierto; a través de él obtuve la aceptación de la familia y a partir de ahí empecé a escribir; en lugar de  tomar anti depresivos me dediqué a filmar una película, y  eso me salvó. A  medida que iba tomando contacto con la gente que lo conocía me llamó la atención que todos me hablaban bien de él, con un afecto que me asombraba a mí y a mi equipo de rodaje, que son todos gente joven, de otra generación, y quedaron conmovidos hasta las lágrimas, en crisis, durante la filmación de los testimonios, como cuando escucharon a Beatriz, la hermana de Paco.

Hay una anécdota  con Horacio Verbitsky, que es un tipo muy especial, muy claro, muy frío en todo lo que yo lo he visto siempre, y con Paco en un momento tuvo un ataque de llanto… Esto es lo que genera Paco, hasta en alguien que yo no hubiese imaginado nunca en una crisis de angustia así. Fue un silencio de unos veinte segundos en el que nos quedamos todos congelados. ¡Pucha, pensé, a este tipo la gente realmente lo quería!.

Cuando lo mataron a Paco en Guaymallén, después de un proceso kafkiano, grotesco para entregarles el cadáver, el ejército les dice a los familiares que lo tienen que enterrar inmediatamente, pero como NN. O sea, se apropian de su nombre, le quitan la identidad, no puede ser registrado en el cementerio como Francisco Urondo y la familia tiene que aceptar enterrarlo en su propia bóveda como NN. Esa es una metáfora clarísima de lo que ocurrió en la Argentina. Imaginen, era fines de junio del ´76, plena época de la  represión, mataban por día quince, dieciocho, veinte personas. Y en ese momento del atardecer, cuando la familia, aterrorizada, estaba haciendo una ceremonia privada, apareció un micro en el cementerio de Merlo  del que bajó un grupo de compañeros de Paco jugándose la vida para hacerle un homenaje. Ponen al costado de la entrada de la bóveda una placa que dice Compañero Paco Urondo y se van. Al otro día el ejército arrancó la placa. Yo filmé el blanco de la placa que fue arrancada y así está en la película. El nombre recién se lo restituyeron administrativamente en 1987, cuatro años después de la democracia. Pero la identidad de Paco públicamente sigue siendo una identidad apropiada.

 -Recuerdo haber leído en aquellos años, en la revista Clarín, un reportaje de Néstor Montenegro a Hugo del Carril donde dice que gran parte de la tragedia argentina se debe al desencuentro entre padres e hijos, un tema que él había desarrollado en su película Una cita con la vida, que justamente está basada en la novela Calles de Tango, de don Bernardo Verbitsky, el papá de Horacio. En ese momento dije ¡Huuum!, el hombre está viejito. Con el tiempo debo haberme puesto un poco viejito yo, o efectivamente tengo que empezar a darle la razón a Don Hugo respecto de los conflictos de la realidad argentina, porque viendo tu película me encuentro con una película de padres e hijos…..

-DD: totalmente….

-Entre la generación de Paco y la de su padre hay una división tan grande de los argentinos que llevó a la muerte. Parte de la generación del Ingeniero Urondo fue permisiva con los crímenes de la Revolución Libertadora por sus problemas anteriores con el peronismo. De hecho él perdió su puesto como profesor universitario al que pudo volver recién después de caído Perón, recuperando una posición de prestigio intelectual que le parecía legítima. Y lo era. Veinte años después ese proceso tuvo una continuidad histórica que terminó matando a sus propios hijos. Hay una prolongación trágica del conflicto entre padres e hijos. Y por otro lado está el Paco que es un padre muy sensible y a la vez un padre distante.

Totalmente. Fijate que Javier tiene un gran conflicto con su padre aunque lo ama profundamente. Por eso al final de la película dice que lo único que quiere es transformarlo en un ser humano. Es así porque también están los sentimientos y los rencores personales, porque de alguna manera Paco, al entregarse a una lucha tan comprometida, sin retorno, con principios muy importantes y muy trascendentales, abandona a sus hijos con miras a la revolución y la transformación social. En el año setenta, cuando Paco cae preso en Devoto, el chiquito llega a su casa y se encuentra todo destruido y los canas adentro. Esto es independiente de que ya Paco se había separado de su madre, de que ya había un abandono en términos afectivos, y de que de por sí Javier tenía una relación particular con su padre porque no vivía con él y vivía con su madre. Después llega el compromiso político tan definitivo, con el padre que se le escapaba todo el tiempo. O sea, era un padre extraordinario, amante de sus hijos, pero a la vez por las razones que sean, ausente. Y el conflicto más grande se da cuando Paco se enamora de Alicia Raboy y Javier plantea claramente que  con él no cuenten para nada, que para él Alicia no existe. Eso es lo que no le perdona un chico de diecisiete años a su viejo que se enamoró de una chica de veintitrés y por eso decide quedarse un tiempo viviendo con Lilí Mazzaferro. Y también Lilí odiándolo por el abandono hasta tal punto que llegó a decirse que fue ella quien lo denunció ante la organización montonera, diciéndole del abandono, por lo que fue duramente sancionado. Paco tenía otra hija, Claudia, que era una militante de primerísimo nivel y a su vez es un personaje muy importante; ella fue la primera que se metió a luchar en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) cuando Paco se consideraba un artista pequeño burgués liberal, y por ella  Paco se decide a militar.. El ejemplo se lo da Claudia y él se da cuenta de que tiene que asumir un compromiso mucho más directo y ahí toda la familia se desarticula. Claudia era un cuadro político militar muy duro. Entonces, Claudia en la organización, el padre también, ¿y Javier de doce, catorce, quince años? No, no fue una relación fluida. Y también está Ángela, la hija que Paco tuvo con Alicia, que también está confrontada con sus padres porque de alguna manera la dejaron sola en el mundo.