9.8.14

Tristan Tzara

“El tiempo deja caer pequeñas pulgadas detrás de él
siega las finas moléculas en las praderas de agua
domina las bolsas de aire atraviesa su jungla
corta el gusano de la ola y de  cada mitad nace llena
de luz una mariposa
en el volcán se hilvana a lo largo de una nota de violín
riza el corte errante del vidrio en las finas horas de
transparencia
allí donde nuestros sueños revuelven el cantarino
manjar de luz

el río que la montaña enfila hacia el oriente articulado
de peligros y de porqués
y carga de medallas y de holocaustos a todo lo largo de
las gardenias
se ha crispado alrededor de tu puño camino abotonado
de mojones al sol vecinos a los campos
más allá de las riberas el arco agranda la sonrisa del
espacio hasta el rictus del glaciar
y la lanzadera del tejedor punteado de ramas en la
borrachera del ciempiés
atraviesa los obstáculos calvos y los ojos pelados de
las flechas que veían
sin embargo la soldadura al borde del lago se deshace
como bocanadas de nubes se instalan sobre el agua los
sentimientos ordenados de las canastillas bordadas
con plumas estilográficas
o el trémolo de fuego que se mueve por el espacio que
el eco ha vaciado
el viento huye de la puerta giratoria el viento examina
los paisajes los pasajeros
y la voluntad de ser uno mismo modifica en el hueco
del chapoteo su continuo arriendo

las amapolas eléctricas bajo la concha de tortuga
arropan los granos de arena y de belleza
el crepúsculo eleva los adioses al horizonte bañado con
la fria claridad del estetoscopio
azotado por los resplandores navales da la vuelta a la
prisión
y sus caidas de sitio en sitio preparan la electrificación
de los ojos
adán y eva se esconden en el bello lugar del fruto hendido
dos vueltas hacen bajar del cielo subterráneamente a
gemelos de otras épocas
con el sabor de los metales pesados los cristales de las
estrellas ofrecen el regazo en la entrada de la
cueva
en el roquedo petrificado en alto para usted
cayendo en el dejar-ir del invierno que esgrime
sus sables ..”