9.2.10

Carlos Amador Marchant

Iquique, 1955. Autor de los libros poéticos: "Pisando Tierra" (1977), "Galpón de Redes Marinas" (1979, Premio Nacional de Poesía, Universidad del Norte de Antofagasta), "Después de mi Casa" (1983), "Alone Again" (2000, Premio Gobierno Regional de Valparaíso). Además de la novela "Los Cururos de la Santa María" (2001, Premio Gobierno Regional de Valparaíso) y el ensayo "Barquero en el Puerto" (2003, conversación con el poeta Efraín Barquero, Premio Gobierno Regional de Valparaíso). Fue director de la revista internacional de poesía "Extramuros", además de "El Ojo", regional de poesía, Primera Región. Ha realizado por más de veinte años una labor como cronista de diarios y comentarista en radios de la primera y décima regiones.

Descarriado

Acostumbrado estoy
a arrinconarme de día en las desoladas
arenas de la costa.
Como pollo friolento
alejado de padres, de hermanos, de parientes.
Quién ha puesto esta vida en mis canillas
rodando como neumático roto?. Nadie
me responde.

Las olas llegan, me tapan, se recogen
y me dejan con cara de difunto. Qué será
de mí
a esta hora de un día que no he vivido,
que tengo dormido como vida de vientre?.

Acostumbrado estoy
a sentir pánico de la noche marina. No podría
poner ni siquiera un pie en sus oscurecidas aguas.
Acostumbrado estoy
a sentir pánico de los días en las ciudades terrestres.
Por eso
a cada hora me siento más escéptico de hogar,
más pollo sin padres, sin hermanos, sin parientes.


Nido

Pero algo en mí se acampa y ese algo tiene
sabor a mar.
Alguien entre mis raíces, muerto hace muchas décadas,
debió ser un hombre de océano.
Porque de otra forma no me explico
que todos mis caminos vayan a la costa.

Creo que mi alma esconde un secreto.
Un secreto con sabor a llantos, a gritos
y a ruidos de embarcaciones.

Y con ese algo de pereza que convalece
se encamina mi cuerpo como un cachorro
que mira a su alrededor e investiga.

Soy un marino con las llaves del océano en la mente.
Alguien que se pone el traje y se lo saca.
Un marino que tal vez aun no viene al mundo,
pero que busca su nido en las rocas,
en las algas marinas, y en galpones pesqueros.


Huir de la Mentira

Es posible que ya no mienta,
es posible que ahora diga la verdad.
Ayer hablé sobre calles que sucumben,
sobre ratas que dominan los campos,
hoy quiero hablar de frutos que se abren
y caen a la tierra pura.
Nada es más amplio que la verdad,
aquélla que se eleva como las olas
y estalla en mil pedazos sobre las rocas.

Si no he conocido a nadie
que haya hablado con la verdad completa,
hoy quiero ser el que ponga la primera piedra.
Por eso pido que todos se alejen,
que me dejen solo, que nadie golpee a mis ojos.
Hoy quiero descansar
de suburbios y ruidos de sirenas.
Mañana me corresponde caer a la tierra,
lento y espacioso como nieve.


Sobre la Escarcha

Moriré de frío sobre la escarcha
pero guardaré el silencio de esos árboles.

Mucho antes de la vida mis ojos observaron los prados.
Y enmudecida, como casa deshabitada,
mi alma arrastró su lengua sobre la tierra amplia.

Si ayer llegué tiritando de frío
mañana he de irme por los mismos caminos.

Porque la vida es como visitar una casa.
Pero luego hay que despedirse, hay que salir
a la puerta y perderse en la niebla.

En consecuencia, he de volver al silencio
al remoto al pétreo.


Seré

Mañana seré rico y al siguiente volveré a la pobreza.
La vida tiene rostro de cementerio
justo cuando entierran a un hombre
bajo cientos de faroles.
Mañana seré pobre y al siguiente volveré a la riqueza..

Los senos de esa mujer se inflan frente a mis ojos
y entran al espacio y desaparecen bajo la niebla.

Y esa playa, sin embargo, que fue mía,
con esa arena con ese sol con esa sal,
y ese ojo tuyo que entraba en mi ojo,
y esa gaviota que volaba sobre tu pubis,
y esa garganta loca gritando soy rico soy pobre.

Alone alone ahora de piernas y brazos
de boca de saliva de pencil de teacher.

Y esas avenidas repletas de gente,
y esas avenidas avenidas que lanzan
piernas y perfumes de hembra.
Y yo parado parado con esos ojos de ebrio
sujetándome en el poste de la inconsciencia
y escuchando de nuevo Alone Again.

El Reestreno
(para Luisa)

Todo es tiniebla en las aceras
y un pan brilla en esta esquina.
Con tanto hambre camino por las plazas
y ese pan en aquelarre.
Nada es más amplio que mi alma
pero surgen lluvias tempraneras.

Es ciero ayer fui muerto crucificado
y hoy resucito entre las tablas.
La gente vitorea mi reestreno en estas canchas.
Cuando paso por las calles
los gatos me saludan elevando sus traseros
y los perros se revuelcan sin ladridos en silencio.

Después del hambre ese pan que agarro en mis esquinas.
Después del frío este sol que galopa por mis ojos.
Después de muerto este parto necesario.

Toda esa tiniebla en las aceras.
Y luego este ojo de Luisa saludando a mi ojo.
Y este pan de su mano entregado a mi mano.

Nacimiento

Mi madre nació cuando yo nací.
Pero ella también creció
cuando nació su padre.
Una miga de nieve estremece la memoria.
Yo fui pescador, y sin embargo, sigo siendo pescado.
Ahora me encuentro con la tarde
donde caen soles relativamente fríos.
Y mi lengua se extiende como brazo
sólo para poder hablarle.
Créanme ahora y no mañana.
Mi madre nació justo
cuando yo nací. Y creció
también
cuando nació
su padre.